Artrosis y patología degenerativa

Artrosis de cadera (coxartrosis)

En TraumAstur, nuestro equipo especializado en cadera está listo para ayudarte a encontrar alivio. Si experimentas síntomas de artrosis de cadera, no dudes en contactarnos para una consulta personalizada.

¿Qué es la artrosis en la cadera?

La artrosis de cadera es una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago de la articulación de la cadera. Este cartílago actúa como una especie de tapizado sobre el hueso de la articulación, cumpliendo una función de junta o amortiguador que permite el movimiento suave entre el fémur y el hueso de la pelvis. Cuando se desgasta o se daña, los huesos comienzan a friccionar de forma no homogénea y ese roce, mantenido en el tiempo, produce deterioro articular y los consecuentes dolor, inflamación y pérdida de movilidad.

Causas de la artrosis en la cadera:

  • Desgaste natural: Con la edad y el uso repetitivo, el cartílago se desgasta progresivamente incluso en pacientes sanos o sin grandes esfuerzos.
  • Lesiones previas: Fracturas o dislocaciones en la cadera pueden predisponer a la artrosis. Deportes de impacto o trabajos pesados también pueden acelerar notablemente ese deterioro.
  • Deformidades anatómicas: Problemas como displasia de cadera pueden llevar a un desgaste irregular de la articulación. Aunque actualmente los problemas congénitos son poco frecuentes, debido al avance de la medicina, aún es posible encontrar patologías de este tipo.
  • Factores genéticos: Una predisposición familiar puede aumentar el riesgo de desarrollar artrosis en la cadera, sin bien no existe un componente hereditario específico conocido.
  • Otras enfermedades: Enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide también pueden acelerar la degeneración de la cadera.

Los síntomas de la artrosis en la cadera son similares a los que puede presentar esta enfermedad en otras localizaciones anatómica. Aunque varían según el grado de afectación, los más frecuentes incluyen:

  • Dolor en la ingle o el muslo: Este dolor suele intensificarse con el movimiento o después de períodos prolongados de actividad. Por lo general, tiene un ritmo mecánico. Eso quiere decir que duele más al inicio o al final de la actividad y menos durante la misma, cuando la articulación “calienta”.
  • Rigidez en la cadera: Sensación de rigidez, especialmente al levantarse tras estar sentado o al despertarse por la mañana.
  • Reducción de la movilidad: Dificultad para mover la cadera, lo que limita actividades como caminar o inclinarse.
  • Crujidos o chasquidos: Sensación de roce o crujido al mover la cadera debido a la falta de cartílago.
  • Dificultad para realizar actividades cotidianas: Problemas para subir escaleras, agacharse o estar de pie por mucho tiempo. Problemas con gestos de movilidad amplia, como ponerse los calcetines o cruzar las piernas, son frecuentes también. 
  • Sensibilidad al tacto: Dolor al presionar la zona afectada, especialmente al descansar sobre el lado afectado.

 

En TraumAstur, combinamos la exploración física con estudios de imagen como radiografías, eco y resonancia magnética para diagnosticar la artrosis de cadera y desarrollar un tratamiento específico para cada caso.

En TraumAstur ofrecemos tratamientos personalizados que incluyen opciones tanto conservadoras como quirúrgicas:

Tratamientos conservadores

  • Medicamentos: Analgésicos y antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para reducir el dolor y la inflamación.
  • Fisioterapia: Ejercicios específicos para mejorar la movilidad y la fuerza muscular que rodea la cadera.
  • Dispositivos de ayuda para caminar: El uso de bastones o muletas puede reducir la presión en la cadera afectada.
  • Modificación de la actividad: Adaptar el estilo de vida para evitar actividades de alto impacto que puedan agravar la cadera.
  • Terapias de calor y frío: Aplicación de calor para reducir la rigidez o de frío para aliviar la inflamación.
  • Pérdida de peso: Disminuir el peso corporal ayuda a reducir la presión sobre la cadera.
  • Inyecciones de corticosteroides: Reducen la inflamación en la articulación y alivian el dolor en casos que no responden a otros tratamientos. No es una opción muy frecuente en esta localización anatómica y ha quedado bastante en desuso, dada la aparición de tratamientos con mas eficacia y respaldo científico.
  • Tratamiento con factores de crecimiento / PRPs: Este tipo de compuestos, elaborados a partir de la sangre del paciente ha tenido un gran desarrollo durante los últimos años gracias a su potencial regenerador. Indicados en pacientes jóvenes con un daño articular moderado, consigue fortalecer el cartílago articular y frenar la progresión de la enfermedad. No obstante, su aplicación requiere una técnica minuciosa que nosotros podemos garantizar.
  • Infiltraciones de ácido hialurónico: Este compuesto, similar a la sustancia que fabrican normalmente las células del cartílago, mejora la lubricación y movilidad de la articulación, proporcionando alivio temporal. Con un doble efecto, de protección mecánica y de refuerzo biológico, puede mejorar los síntomas y enlentecer el progreso de la enfermedad. Especialmente útil cuando el daño articular es mayor del que pueden combatir otros tratamiento conservadores pero no el suficiente para plantearse un reemplazo articular. En traumAstur somos expertos en este tipo de tratamiento y lo aplicamos siguiente las más modernas técnicas, como el ecoguidado, para favorecer su eficacia.

 

Tratamiento quirúrgico

  • Artroscopía de cadera: Un procedimiento mínimamente invasivo para eliminar fragmentos de cartílago o hueso sueltos. Según la causa de la artrosis y solo en determinadas indicaciones precoces, puede ser útil. 
  • Osteotomía: Técnica que reposiciona los huesos para aliviar la presión sobre la articulación dañada. Muy poco frecuente para esta localización anatómica y reservada a casos muy concretos ,normalmente secundarios a alguna deformidad previa o a secuelas de lesiones anteriores.
  • Artroplastia total de cadera (prótesis): En casos avanzados, el reemplazo de la cadera por una prótesis es una opción que permite restaurar la movilidad y reducir el dolor. En el caso de la coxartrosis, la artroplastia suele tener unos resultados clínicos muy favorables, por encima de los de otras localizaciones anatómicas.

 

Nuestro equipo de traumatólogos en TraumAstur te guiará para escoger el tratamiento más adecuado para ti, buscando siempre mejorar tu calidad de vida y reducir el dolor.

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Preguntas Frecuentes sobre la Artrosis de Cadera

Al principio, puede ser intermitente y empeorar con la actividad; en etapas avanzadas, puede volverse constante incluso en reposo. El dolor pasa de un ritmo que llamamos mecánico, relacionado con el esfuerzo, a otro inflamatorio, que tiene más que ver con el reposo. Ello indica un avance inexorable del daño articular.

Incluyen tratamientos conservadores como medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida, así como opciones quirúrgicas en casos graves. La cirugía protésica a ese nivel suele tener buenos resultados, siempre que la selección del caso sea adecuada

No tiene cura, pero los tratamientos ayudan a controlar el dolor, mejorar la movilidad y ralentizar la progresión de la enfermedad. Sobretodo los tratamientos biológicos y regenerativos, como los factores de crecimiento o el ácido hialurónico.

Mantener un peso saludable, evitar lesiones y fortalecer los músculos de la cadera pueden reducir el riesgo.

Sí, una marcha alterada puede provocar dolor en rodillas, columna y otras articulaciones.

Sí, pero es importante optar por ejercicios de bajo impacto, como nadar o andar en bicicleta, bajo supervisión profesional.

La cirugía es una opción cuando los tratamientos conservadores no logran aliviar el dolor ni mejorar la movilidad. El mantenimiento de una adecuada calidad de vida, según lo que cada paciente considere como tal, es una de las indicaciones que consideramos más fiables.

Generalmente, las prótesis duran entre 15 y 20 años, aunque pueden requerir reemplazo en el futuro. Las mejoras técnicas actuales han conseguido prolongar la vida de los implante. Aunque ello depende, lógicamente de la correcta técnica en su implantación.

Los cambios en el clima, especialmente el frío y la humedad, pueden aumentar la rigidez y el dolor en algunas personas.

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