Traumatología de pie y tobillo

Bursitis en pie y tobillo. Todo sobre la inflamación de las bursas.

En TraumAstur, estamos aquí para ayudarte. Si sufres de bursitis en el pie o tobillo, no dudes en contactarnos a través de nuestro sitio web. Nuestro equipo médico está altamente especializado y  listo para ofrecerte una consulta personalizada, un diagnóstico preciso y diseñar el mejor plan de tratamiento para ti.

¿Qué es la bursitis en el pie/tobillo?

La bursitis es la inflamación de una bursa, que es una pequeña bolsa llena de líquido que actúa como un cojín entre los huesos, tendones, músculos y piel.

Las bursas ayudan a reducir la fricción y permiten que las articulaciones y los tejidos se deslicen suavemente unos sobre otros. Cuando una bursa se inflama, se produce la bursitis, causando dolor y limitación del movimiento.

La bursitis de puede dar en diferentes partes del cuerpo como codo, cadera, rodilla y talón. En Traumastur nos especializamos en el tratamiento de la bursitis de pie y tobillo.

Posibles causas de la bursitis en el pie o tobillo:

Las causas más habituales de la bursitis incluyen:

  • Sobrecarga o uso excesivo: Actividades que implican mucho impacto en los pies, como correr o saltar, pueden irritar las bursas.
  • Trauma o lesión: Un golpe directo o una presión constante en la zona puede desencadenar la inflamación.
  • Calzado inadecuado: Usar zapatos que no se ajustan bien o que ejercen presión sobre ciertas áreas del pie o el tobillo.
  • Deformidades en los pies: Condiciones como juanetes o dedos en martillo pueden aumentar la presión sobre las bursas.
  • Artritis: Las enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide pueden contribuir a la bursitis.
  • Infecciones: En raros casos, una infección puede causar la inflamación de la bursa.

Los síntomas de la bursitis en el pie o tobillo pueden variar en intensidad, pero generalmente incluyen:

  1. Dolor localizado: dolor en la zona donde se encuentra la bursa inflamada, que puede empeorar con la actividad o al aplicar presión sobre el área afectada.
  2. Hinchazón: inflamación visible alrededor del área afectada, que puede hacer que el pie o el tobillo se vean hinchados y más grandes de lo habitual.
  3. Sensibilidad: dolor o incomodidad al tocar la zona inflamada.
  4. Enrojecimiento y calor: puede haber enrojecimiento de la piel y una sensación de calor en la zona de la bursitis.
  5. Rigidez: limitación en el rango de movimiento del pie o el tobillo, lo que dificulta actividades como caminar o mover el pie con normalidad.
  6. Dificultad para usar calzado: la hinchazón y el dolor pueden hacer que sea incómodo usar ciertos zapatos, especialmente los que ejercen presión sobre la zona afectada.
  7. Dolor al mover la articulación: el movimiento puede agravar el dolor, especialmente al doblar o girar el pie o el tobillo.

 

Estos síntomas pueden desarrollarse gradualmente o aparecer de forma repentina, especialmente si la bursitis es provocada por un trauma o una lesión aguda. En TraumAstur, utilizamos una combinación de exploración física y estudios de imagen, como radiografías, ecografías y resonancia magnética, para diagnosticar con precisión la Bursitis en el pie y el tobillo,  y así determinar el mejor plan de tratamiento para cada paciente.

Como ves, el diagnóstico siempre se basa en la historia clínica del paciente, un examen físico detallado y pruebas. Por tanto, te invitamos a que pidas una valoración con nuestro equipo médico en la página web para determinar si nos encontramos con un caso de bursitis y ponerle solución a este doloroso problema.

 

En TraumAstur nos enfocamos en ofrecer tratamientos personalizados que pueden incluir opciones conservadoras y quirúrgicas:

El tratamiento de la bursitis en el pie o tobillo se enfoca en reducir la inflamación, aliviar el dolor y prevenir futuros episodios. Dependiendo de la gravedad de la bursitis, las opciones de tratamiento pueden incluir:

 

Tratamientos conservadores

  • Reposo: descansar el pie afectado para evitar actividades que empeoren la inflamación y el dolor.
  • Aplicación de hielo: aplicar compresas frías sobre la zona inflamada durante 15-20 minutos varias veces al día para reducir la hinchazón y el dolor.
  • Elevación: mantener el pie elevado para ayudar a disminuir la hinchazón.
  • Medicamentos antiinflamatorios: los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), como el ibuprofeno, pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
  • Calzado adecuado: usar zapatos cómodos que no ejerzan presión sobre la zona afectada y que proporcionen un buen soporte al pie.
  • Plantillas ortopédicas: las plantillas o cojines de gel pueden ayudar a redistribuir la presión y proporcionar un soporte adicional.

 

Terapia física:

  • Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: ayudan a mejorar la flexibilidad y la fuerza en el pie y tobillo, reduciendo el riesgo de recurrencias de la bursitis.
  • Terapias manuales: los masajes suaves pueden ayudar a mejorar la circulación y reducir la tensión en la zona afectada.

Infiltraciones de corticosteroides:

  • En casos más severos, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides en la bursa para reducir la inflamación y aliviar el dolor de manera más rápida y eficaz.

 

Drenaje y tratamiento antibiótico:

  • Si la bursitis es causada por una infección (bursitis séptica), se puede requerir el drenaje de la bursa y el uso de antibióticos para tratar la infección.

 

Modificación de la actividad:

  • Evitar actividades de alto impacto que puedan agravar la bursitis, como correr o saltar, y optar por ejercicios de bajo impacto como nadar o andar en bicicleta.

 

Tratamiento quirúrgico:

La cirugía de bursitis es poco común y se reserva para casos en los que los tratamientos conservadores no han funcionado y la bursitis persiste de manera crónica. La cirugía puede implicar la extirpación de la bursa inflamada.

Es importante trabajar con un equipo de traumatólogos y un podólogo, para desarrollar un plan de tratamiento personalizado. Un enfoque integral que combine varias de estas opciones puede ser la mejor forma de manejar la bursitis en el pie y mejorar la calidad de vida.

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Preguntas Frecuentes sobre la bursitis en el pie y tobillo

En algunos casos leves, la bursitis puede mejorar con reposo y tratamientos conservadores, pero otras veces requiere intervención médica.

Tratamientos como reposo, aplicación de hielo, AINEs, fisioterapia y calzado adecuado pueden ayudar. En casos más graves, se pueden necesitar inyecciones de corticosteroides o cirugía.

Se recomienda usar zapatos que ofrezcan buen soporte, amortiguación y espacio suficiente para evitar presión en la zona afectada.

Se deben evitar los ejercicios de alto impacto y optar por actividades de bajo impacto, como nadar, que no empeoren los síntomas.

Puede serlo, especialmente si las causas subyacentes, como el calzado inadecuado o ciertas actividades, no se abordan.

Si el dolor persiste, hay hinchazón significativa, enrojecimiento o fiebre, o si los tratamientos caseros no mejoran la condición.

Se debe buscar atención médica si los síntomas de dolor, hinchazón o enrojecimiento en la articulación afectada persisten o se agravan, o si hay signos de infección, como fiebre. Un diagnóstico y tratamiento oportunos son esenciales para evitar complicaciones.

Para prevenir la bursitis, se recomienda utilizar calzado blando y que se ajuste correctamente, evitar sobrecargas musculares y movimientos repetitivos, y mantener una buena salud general evitando por ejemplo exceso de peso. Además, es importante realizar ejercicios de calentamiento antes de cualquier actividad física y aplicar hielo después de ejercicios intensos para disminuir la inflamación.

Sí, especialmente en corredores y atletas que practican deportes de alto impacto, ya que la sobrecarga y las lesiones pueden desencadenar la bursitis. La presión prolongada, los golpes directos o el uso de calzado demasiado rígido pueden inflamar la bursa situada en la parte posterior del talón, lo que puede derivar en una bursitis retrocalcánea o en una bursitis del tendón de Aquiles. Además, quienes practican deportes de impacto o de alta exigencia —como corredores o jugadores de fútbol— pueden verse afectados con mayor frecuencia.

En muchas ocasiones, la unión del tendón con el hueso del talón puede irritarse por el roce constante, sobre todo si no se utilizan zapatos adecuados o si no se realiza un programa de ejercicios de calentamiento previo. Por eso, desde la medicina deportiva (sports medicine) se hace hincapié en la importancia de la prevención y en mantener una buena salud articular para evitar este tipo de lesiones.

Si eres deportista te invitamos a leer uno de nuestros artículos sobre lesiones deportivas, porque en Traumastur, además de un equipo médico amante de nuestra profesión somos fans del deporte.

La bursitis es la inflamación de una bursa, mientras que la tendinitis es la inflamación de un tendón. Ambas pueden presentar síntomas similares, pero afectan estructuras diferentes.

En raros casos, cuando los tratamientos conservadores no funcionan y la bursitis es crónica, la cirugía puede ser necesaria para extirpar la bursa.

El equipo médico de Traumastur comienza el diagnóstico de la bursitis del tobillo o pie con una evaluación clínica completa, en la que recogemos la historia clínica del paciente, analizamos los síntomas de dolor y examinamos la articulación afectada. Es habitual que sientas molestia al presionar sobre la zona inflamada, sobre todo en la parte posterior del tobillo o el talón. Si hay hinchazón, enrojecimiento o rigidez, estos signos pueden indicarnos la presencia de una bursa situada en mal estado o llena de líquido sinovial, lo que confirma la inflamación característica de esta afección.

Pero para confirmar el diagnóstico y descartar otras causas, como lesiones óseas, rotura del ligamento o procesos infecciosos, debemos ir un paso más allá y realizar pruebas de imagen. Entre las más comunes se encuentran la ecografía —que permite ver si la cavidad articular está llena de líquido—, la resonancia magnética y, en algunos casos, las radiografías, que nos ayudan a valorar la inserción del tendón en el hueso del talón o detectar signos del síndrome de Haglund.

En ocasiones, nuestro equipo médico también te podría solicitar análisis de sangre si se sospecha de una infección bacteriana como causa de la bursitis. Estas pruebas nos ayudan a determinar si la inflamación tiene un origen séptico o si se trata de una bursitis relacionada con sobrecargas musculares o movimientos repetitivos.

La elección de las pruebas dependerá de la localización de la bursa afectada (anterior, posterior o lateral), del tipo de dolor, y de si el paciente ha estado expuesto a factores de riesgo como calzado inadecuado, atrofia muscular o presión prolongada sobre el área lesionada.

Como vez, es un proceso minucioso y que requiere de atención médica especializada, por tanto, si crees que puedes tener bursitis, acude siempre a un profesional médico. 

Recuerda que en Traumastur somos un equipo de podólogos y traumatólogos en Gijón que nos especializamos en patologías del pie y tobillo por lo que somos especialistas en tratar este tipo de trastornos.

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