Fracturas y patología aguda

Fracturas de extremidades

En TraumAstur, nuestro equipo especializado en tratamiento de fracturas está listo para ayudarte. Si has sufrido una fractura o presentas síntomas de lesión, no dudes en contactarnos para una consulta personalizada.

¿Qué son las fracturas de extremidades?

Las fracturas de extremidades ocurren cuando uno de los huesos del brazo o pierna sufre una rotura parcial o completa, debido a un golpe, caída o accidente. Dependiendo de la gravedad y tipo de fractura, el hueso puede romperse de forma simple o compleja, afectando a tejidos circundantes, como músculos, vasos sanguíneos y nervios. Estas fracturas son comunes y pueden afectar a personas de todas las edades. Sin embargo, factores como la edad avanzada, trabajos de riesgo o la práctica de deportes de contacto aumentan el riesgo de sufrirlas.

Causas de las fracturas en extremidades:

  • Caídas y accidentes: Las caídas desde cierta altura y los accidentes de tráfico son las principales causas de fracturas en brazos y piernas. Las causas varían, lógicamente, dependiendo del grupo de edad al que afecten, como explicamos en las causas que se mencionan a continuación.
  • Deportes de contacto: Deportes como fútbol, baloncesto y esquí conllevan un mayor riesgo de lesiones óseas. Además, cada deporte, puede estar más asociado a según que tipo de fracturas. Son más frecuentes las roturas en piernas en el futbol, de hombro y clavícula en ciclismo o de mano y dedos en escaladores, por ejemplo.
  • Traumas por esfuerzo repetitivo: Movimientos repetitivos o cargas constantes pueden causar microfracturas, que con el tiempo pueden derivar en fracturas completas, especialmente en personas activas o atletas. Ésto es particularmente frecuente en el pie y el tobillo. A ese nivel son varios los síndromes que describen este tipo de lesiones en diferentes localizaciones. Es lo que los médicos llamamos “fracturas de estrés”. Pero ese estrés no se refiere al estrés mental, si no al esfuerzo físico que algún hueso ha de soportar de forma sostenida y que puede provocar su fracaso.
  • Osteoporosis: Una disminución de la densidad ósea, típica en personas mayores, facilita las fracturas ante traumas menores. Llega a ser posible, en casos de especial baja densidad ósea, que el hueso se rompa con un traumatismo mínimo o aún sin traumatismo. Aún existe la duda en ocasiones de si la cadera se rompió y el paciente se cayó o fue la caída del paciente lo que provocó la fractura. 
  • Accidentes domésticos: Tropezones, caídas en escaleras o en superficies resbaladizas son causas comunes de fracturas en el hogar, especialmente entre personas mayores. Muy importante en ese sentido la prevención primaria. 

Dependiendo de la localización y gravedad, los síntomas pueden incluir:

  • Dolor intenso e inmediato: Uno de los signos más claros de fractura es el dolor intenso al intentar mover la extremidad o incluso en reposo.
  • Hinchazón y enrojecimiento: La inflamación aparece rápidamente en el área afectada, con hematomas y aumento de temperatura en la piel. El llamado “renegrón” o “moretón”, que en medicina se conoce como equímosis es otro claro signo de que puede existir una lesión osea subyacente.
  • Deformidad visible: En fracturas graves, el hueso puede desplazarse, causando una deformidad visible en la extremidad. Esta deformidad puede deberse también a luxaciones o dislocaciones. Ïncluso ambos problemas pueden ocurrir simultáneamente.
  • Dificultad o imposibilidad de mover la extremidad: La movilidad se ve seriamente limitada y, en algunos casos, es completamente imposible.
  • Crujido o sonido de fractura en el momento de la lesión: Es común escuchar un sonido de «chasquido» en el momento de la fractura.

 

Diagnóstico: Aunque el diagnóstico de este tipo de lesiones no suele dejar mucho margen a la duda, en ocasiones es preciso determinar con exactitud de qué tipo de fractura se trata y sus características específicas, ya que es eso lo que va a guiar el tratamiento. En TraumAstur realizamos una valoración exhaustiva de cada paciente mediante la exploración física y técnicas de imagen como radiografías, TAC o resonancia magnética. Esto permite obtener un diagnóstico detallado y un plan de tratamiento personalizado para cada caso.

En TraumAstur ofrecemos tratamientos que abarcan desde métodos conservadores hasta intervenciones quirúrgicas, dependiendo del tipo de fractura y las necesidades del paciente.

Tratamientos conservadores

  • Inmovilización con yeso o férulas: Es el método más común en fracturas simples y estables. La inmovilización permite que el hueso sane de manera correcta y sin desplazamientos adicionales. Antiguamente el método predominante, actualmente desplazado por el avance tecnológico y médico. Aunque en ciertas indicaciones sigue siendo la mejor opción.
  • Reposo y control del dolor: En todos los casos, es importante limitar el movimiento de la zona afectada y administrar analgésicos y antiinflamatorios.
  • Rehabilitación y fisioterapia: Tras la retirada del yeso o férula, la fisioterapia es fundamental para recuperar la movilidad, fuerza y función de la extremidad. Nuestros fisioterapeutas diseñan programas de rehabilitación adaptados a cada caso para garantizar una recuperación completa.

 

Tratamiento quirúrgico

  • Reducción abierta y fijación interna (RAFI): En fracturas complejas o desplazadas, se realiza una intervención para alinear los fragmentos óseos y fijarlos con placas, tornillos o clavos para una mejor estabilización. Es el método mas habitual para tratar fracturas quirúrgicamente. El tipo de procedimiento y el implante empleado dependerá, lógicamente, de la localización anatómica y del tipo de lesión. Más habitual en regiones próximas a las articulaciones, como la muñeca o el tobillo.
  • Fijación externa: En algunos casos, se usa una estructura externa que mantiene los fragmentos óseos alineados, especialmente útil en fracturas abiertas o lesiones de tejidos graves, como primer método de tratamiento.
  • Osteosíntesis con clavos intramedulares: Este tratamiento se utiliza en fracturas de huesos largos, como el fémur o el húmero, para mantener la alineación de la extremidad.
  • Injertos óseos: En casos de pérdida significativa de hueso, el uso de injertos óseos (propios o artificiales) ayuda a rellenar y consolidar la zona de fractura.

 

En TraumAstur, evaluamos cada fractura individualmente para determinar el tratamiento más adecuado y optimizar el proceso de recuperación.

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Preguntas Frecuentes sobre las Fracturas de Extremidades

Depende de la ubicación y gravedad, pero en general el tiempo de recuperación varía entre 1 y 3 meses. Las fracturas de huesos largos como el fémur pueden tardar más tiempo. Y existen algunos huesos concretos donde el tiempo de consolidación es mayor aún. Vease el escafoides de la muñeca o el cúbito del antebrazo. En esos casos hace falta más paciencia de la habitual.

La cirugía es necesaria en fracturas complejas, desplazadas o abiertas, en las que el hueso no puede sanar adecuadamente con una simple inmovilización. Básicamente, donde no podamos corregir bien la posición del hueso con manipulaciones y vendajes o cuando, pese a conseguirlo, no se logra que la fractura “pegue” pasado un tiempo prudencial.

Algunas posibles complicaciones incluyen la no unión del hueso, infección (especialmente en fracturas abiertas), rigidez articular y pérdida de movilidad.

Con el tratamiento y rehabilitación adecuados, es posible recuperar la movilidad y función, aunque en fracturas graves o en personas mayores la recuperación puede llevar más tiempo. Como solemos decir, puede que ese hueso nunca vuelva a ser el de antes, pero la funcionalidad se recuperar en su mayor parte.

Es posible realizar ejercicios leves de movilidad y fortalecimiento bajo supervisión médica. De hecho, pueden ser deseables. La fisioterapia es clave para evitar la pérdida de masa muscular.

La mayoría de las fracturas sanan sin secuelas importantes. Sin embargo, en algunos casos, pueden quedar limitaciones de movilidad o dolor residual, especialmente si la fractura afectó zonas articulares o fue compleja.

A través de una evaluación física y estudios de imagen (radiografías o TAC). En fracturas complejas, la resonancia magnética puede proporcionar mayor detalle.

Es importante fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y seguir una dieta rica en calcio y vitamina D para reducir el riesgo de caídas y fracturas.

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