Traumatología de pie y tobillo

Patología del Aquiles

En TraumAstur, estamos aquí para ayudarte. Si sufres de patología del Aquiles o de otra condición del pie, no dudes en contactarnos. Nuestro equipo está altamente especializado y  listo para ofrecerte una consulta personalizada y diseñar el mejor plan de tratamiento para ti.

¿En que consiste la patología del Aquiles?

La patología del Aquiles supone toda una constelación de problemas que se generan en torno a dicho tendón, uno de las más importantes del cuerpo. Este tendón llega desde la pantorrilla al Calcáneo y es responsable de la flexión hacia el suelo del tobillo y del pie, imprescindible durante la marcha, la carrera o el salto. El Aquiles forma parte del que los especialistas en pie llamamos sistema Aquileo-talo-plantar, el cual es vital para la biomecánica de la marcha. De dicha importancia funcional y de los grandes esfuerzos que sufre surge la importante cantidad de problemas que el paciente puede sufrir a ese nivel. Desde roturas parciales o completas por sobreesfuerzos o traumatismos, hasta inflamación como tendinitis o bursitis retrocalcáneas, pasando por tendinosis, distensiones, etc. No obstante, lo más habitual es la aparición de tendinitis y tendinosis fruto de la inflamación o de los cambios degenerativos en el tendón. 

Como se ha mencionado, la variedad de patologías a ese nivel es importante y, por tanto, los síntomas derivados de las mismas también lo son. No obstante, muchas de ellas comparten algunos signos más o menos constantes.

  • Dolor en la región posterior del tobillo: El síntoma principal es un dolor agudo y punzante en la parte posterior del tobillo. Habitualmente cerca de la zona donde el tendón se inserta en el Calcáneo. Ocasionalmente, y según el problema que cause el dolor, dicho dolor puede extenderse hacia arriba, en dirección a la rodilla o hacia abajo, llegando a la planta del pie. 
  • Molestias con diferentes ritmos: Según el problema que cause las molestias, éstas puede tener diferente cronología o aparecer en distintos momentos. Si el problema es una tendinosis degenerativa, el dolor será típicamente “mecánico”. Es decir, se inicia con el inicio de la actividad “en frío” para luego mejorar con el paso del tiempo y volver a doler de nuevo si el esfuerzo físico se mantiene. Sin embargo, este tipo de dolor no suele aparecer en reposo. En cambio, si la raíz del problema es un cuadro inflamatorio o tendinitis, puede ser que el dolor sea mejor durante la actividad física y mayor en reposo, al finalizar la misma o al irse a la cama, por ejemplo.
  • Rigidez o tirantez posterior: Inevitablemente cualquier problema que reste flexibilidad al tendón o que provoque dolor con su estiramiento va a generar una sensación de tirantez en la zona posterior del tobillo y, eventualmente, una rigidez que va a impedir dar el paso adecuadamente y, por tanto, va a afectar a la biomecánica de la marcha.
  • Falta de función: En el caso de que existan roturas en el tendón de Aquiles, el síntoma más claro es la perdida de movilidad. La incapacidad para doblar el tobillo y el pie hacia el suelo va a generar un incapacidad casi completa para caminar y total para ponerse de puntillas o saltar. Hay que estar especialmente atentos a este tipo de síntomas, dado que este problema debe solucionarse con urgencia.

 

En TraumAstur, utilizamos una combinación de exploración física y estudios de imagen, como radiografías, eco y resonancia magnética, para diagnosticar con precisión la patología del Tendón de Aquiles  y determinar el mejor plan de tratamiento para cada paciente.

En TraumAstur nos enfocamos en ofrecer tratamientos personalizados que pueden incluir opciones conservadoras y quirúrgicas:

Tratamientos Conservadores

 

Reposo y modificación de actividades

  • Evitar actividades de alto impacto, como correr o saltar, que pueden agravar la inflamación o la degeneración tendinosa.
  • Alternar actividades de bajo impacto, como nadar o montar en bicicleta.
  • En el caso de tendinitis, aplicar hielo en la zona dolorosa talón durante 15-20 minutos, varias veces al día, para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Para las tendinosis, puede ser más favorable el empleo de calor seco local, con una pauta similar.

 

Ejercicios y estiramientos

  • Realizar ejercicios específicos de estiramiento y fortalecimiento de la fascia plantar, el tendón de Aquiles y los músculos de la pantorrilla.
  • Estiramientos del arco del pie y la pantorrilla, como el estiramiento de la toalla o el estiramiento del pie sobre una pared.

 

Uso de calzado adecuado

  • Utilizar zapatos adaptados a las necesidades del pie. Al igual que para la Fascitis Plantar, puede ser útil el empleo de calzado con cierta elevación posterior.

 

Medicamentos

  • Antiinflamatorios no esteroides (AINEs), como el ibuprofeno, para reducir el dolor y la inflamación.

 

Fisioterapia

  • Un fisioterapeuta puede proporcionar técnicas de masaje, ultrasonido, ondas de choque, diatermia y programa de ejercicios personalizados para fortalecer los músculos y aliviar la tensión en la pantorrilla.

 

Infiltraciones de corticoides:

  •  En casos más severos, los médicos pueden aplicar inyecciones para reducir la inflamación.

 

Infiltraciones de Plasma Rico en Plaquetas:

  • El uso de plasma rico en plaquetas (PRP) puede ofrecer beneficios en el tratamiento de la patología del Aquiles, especialmente en casos crónicos que no responden a otros tratamientos convencionales o en roturas que no han evolucionado como deberían. El PRP es un producto de la sangre del propio paciente que contiene una alta concentración de plaquetas, las cuales liberan factores de crecimiento que favorecen la regeneración y curación de los tejidos.

 

Beneficios del PRP en la patología del Aquiles:

  1. Promoción de la cicatrización: Las plaquetas contienen factores de crecimiento que ayudan a estimular la reparación y regeneración de los tejidos dañados, lo que puede acelerar la curación de la fascia plantar.
  2. Reducción del dolor: Algunos estudios han demostrado que las inyecciones de PRP pueden disminuir el dolor y mejorar la funcionalidad del pie en personas con fascitis plantar crónica.
  3. Reducción de la inflamación: El PRP puede ayudar a disminuir la inflamación y mejorar la salud del tejido al permitir una curación más eficiente.
  4. Alternativa a los corticoides: A diferencia de las inyecciones de corticoides, que pueden proporcionar alivio temporal pero tienen potenciales efectos secundarios con el uso prolongado, el PRP se considera más seguro, ya que se basa en un componente natural del cuerpo y tiene menos riesgo de complicaciones.
  5. Mínimamente invasivo: Las inyecciones de PRP son un tratamiento no quirúrgico, lo cual las hace una opción atractiva antes de considerar la cirugía.

 

Consideraciones y limitaciones:

  • Tiempo de respuesta: La mejoría puede no ser inmediata; algunos pacientes pueden tardar semanas o incluso meses en ver resultados significativos.
  • Costo: Las inyecciones de PRP pueden ser costosas y no siempre están cubiertas por los seguros de salud.
  • Evidencia mixta: Aunque varios estudios han mostrado resultados positivos, la evidencia científica todavía es variable, y algunos expertos recomiendan más investigaciones para determinar la eficacia óptima y los protocolos de tratamiento más adecuados.

El PRP es una opción de tratamiento prometedora para la patología del Aquiles, especialmente cuando los métodos tradicionales han fallado. 

 

Tratamiento Quirúrgico

  • Si los tratamientos conservadores no alivian el dolor después de 6-12 meses, existen algunas técnicas quirúrgicas específicas de cada patología, aunque son variadas y complejas para describir en este foro. Te invitamos a que nos contactes para contarnos tu problema y que te podamos dar más información si lo deseas.
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Preguntas Frecuentes sobre la fascitis plantar

La mitología griega nos cuenta que Aquiles, el héroe de la guerra de Troya, muere en batalla cuando una flecha envenenada lo alcanza en su punto débil: su talón. Según dice la leyenda, al nacer, su madre trató de volverlo inmortal, al sumergirlo en el río Estigia, pero al sostenerlo por el talón, ese preciso punto de su cuerpo quedó vulnerable. Parece que la historia ya era conocedora de lo importante que resulta este tendón y de lo fatal que puede resultar sus lesiones.

Bastante. Aunque el tendón de Aquiles y la Fascia Plantar son dos estructuras diferentes, ambas forman parte del sistema Aquileo-talo-plantar, porlo que podrán considerarse una continuación funcional. De ahi que, muchas veces, los problemas sean comunes o simultáneos en ambos niveles. 

La cirugía solo es  necesaria, como suele ocurrir, cuando fracasa el resto de tratamientos conservadores. Afortunadamente, ésto ocurre poco frecuentemente en este caso. Y decimos afortunadamente porque las soluciones quirúrgicas en el Aquiles pueden ser técnicamente complejas. En traumAstur disponemos del conocimiento y herramientas adecuadas para solucionar este problema, tanto de forma conservadora como quirúrgica.

El calzado que puede se útil para esta patología presenta algunas características comunes con el recomendable para la Fascitis Plantar. Es decir, que tenga cierta elevación posterior, bien propia o bien lograda mediante una plantilla de talón. Asimismo, es útil que tenga cierta flexibilidad plantar, pues el fortalecimiento de la musculatura del pie es básico para la mejoría clínica. Un punto clave en el Aquiles, sobretodo en la enfermedad de Haglund, es la adecuada conformación posterior del zapato. A nivel del talón posterior, el calzado debe ser blando y debe tener una altura adecuada que no genere presión en la zona dolorosa. Puede ser bien calzado de talón bajo, propio del verano o incluso botas tobilleras. En ambos casos, se limita el efecto presor sobre la zona afecta. En traumastur disponemos de un equipo de podología y ortopodología que podrá ayudarte a elegir y acondicionar adecuadamente tu calzado y a elaborar plantillas específicas para este problema, si fuese necesario.

Por decirlo de algún modo, la relación entre el Haglund y la patología del Aquiles es equivalente a la que tienen el Espolón Calcáneo y la Fascitis Plantar. El daño mantenido en el tendón puede generar calcificación próxima a su inserción calcánea. Ello es percibido por el paciente como una dureza y abultamiento justo por encima de la zona posterior del talón. Ésta es una zona delicada por estar muy próxima al talón posterior de la mayoría del calzado habitual. El mantenimiento de la presión derivada del calzado no hace más que agravar y perpetuar el problema. 

Sí, la clínica puede empeorar si no recibe el tratamiento adecuado. Y, lo que es peor, puede cronificarse. Cuando más tiempo tarde dicho problema en solventarse, más probable es que su solución sea dificultosa.

La mejor manera de prevenir este problema es manteniendo una adecuada forma física en lo referente a tu tobillo y pie. Un pie con una buena biomecánica y una pierna adecuadamente funcional dificilmente provocarán esta patología. En traumAstur también podemos ayudarte y aconsejarte en este sentido con infomación específica, recomendaciones generales y de higiene postural, ejercicios, etc.

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